El escorpión denominado por un par de pinzas y una larga
cola. Residente normalmente de áreas cálidas y tropicales, algunas veces viven
en la Europa
mediterránea entre ellos muy conocido el Buthus Occitanus. Ciertamente y según
algunos estudios realizados, no puede considerarse al alacrán como exclusivo de
las áreas esteparias, pero la escasa cobertura de suelo desnudo y la existencia
de amplias calveros de suelo desnudo colman sus exigencias. Llevan una vida
solitaria y de hábitos nocturnos y crepusculares, refugiándose debajo de las
pinzas para asestar el golpe de gracia con su aguijón venenoso. Hay un refrán
que dice “Si te pica el escorpión, traiga la pala y el azadón” una exageración
de la picadura en el hombre pasada de generación en generación. La picadura del
alacrán reviste más gravedad que la de una tarántula y causa un intenso dolor
en la zona afectada, pero su desenlace nunca es irreversible. Un invertebrado
asociado a los terrenos secos y pedregosos de la estepa, muy temidos entre las
gentes del campo a causa de su dolorosa picadura, son verdaderamente abundantes
en determinadas comarca. De hábitos que ya hemos mencionado, los escorpiones
aguardan a la salida del sol para iniciar sus correrías en busca de los
bichillos que constituyen su alimento.
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