España: Un país pionero en la conservación de
la naturaleza
España es uno de los primeros países de Europa en iniciar la
política de protección de los espacios naturales con la introducción de la
figura de Parque Nacional, creada en Estados Unidos en 1878 con la declaración
del Parque Nacional de Yellowstone. En 1916, con la promulgación de la Ley General de Parques
Nacionales se creó la
Junta Central de Parques Nacionales y se declararon los
primeros Parques Nacionales españoles.
Se puede decir que el actual sistema de
Parques Nacionales españoles nace el 22 de julio de 1918, cuando se declara el
Parque Nacional de la Montaña
de Covadonga o de Peña Santa en el macizo occidental de Picos de Europa y, dos
meses después, el Parque Nacional del Valle de Ordesa o del río Ara, en el
Pirineo del Alto Aragón. En 1931 su gestión queda centralizada en la llamada
Comisaría de Parques Nacionales, constituida por un polifacético equipo en el
que participaban ingenieros de montes, naturalistas, historiadores, académicos de
Bellas Artes y expertos en turismo.
En 1940 la gestión de los espacios naturales
pierde su autonomía y queda en manos de la Dirección General
de Montes, Caza y Pesca Fluvial por medio de un Consejo Superior de Caza, Pesca
Fluvial, Cotos y Parques Nacionales. Tras un largo período, los Parques
Nacionales renacen con la declaración de los primeros representantes del
paisaje volcánico canario: Parques Nacionales de las Cañadas del Teide y de
Caldera de Taburiente en 1954; un año más tarde nace el de Aigüestortes i
Estany de San Maurici.
Con la aprobación en 1957 de la Ley de Montes, que deroga la
de 1916 y asume la gestión de los espacios naturales, se crean las primeras
Reservas Nacionales de Caza y tres nuevos Parques Nacionales: Doñana (1968),
Tablas de Daimiel (1973), y Timanfaya (1974). En 1975, al amparo de la nueva
Ley de Espacios Naturales, se protege una representación de los bosques de
laurisilva en el de Garajonay, último Parque Nacional canario declarado. Al
mismo tiempo se amplían notoriamente las superficies de dos de los parques más
emblemáticos, en 1978 la de Doñana, y en 1982 la de Ordesa, que pasa a llamarse
Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido. El 30 de marzo de 1988 el Parlamento
de Cataluña reclasifica Aigüestortes como Parc Nacional según lo establecido en
la Ley 12/1985 de
Espacios Naturales de Cataluña.
El 27 de marzo de 1989 se aprueba la Ley de Conservación de los
Espacios Naturales y de la Flora
y Fauna Silvestre que deroga la anterior de 1975. Esta nueva Ley centra su
estrategia en materia de gestión y declaración de los espacios naturales
protegidos con cuatro figuras, Parque Nacional, Reserva Natural, Monumento
Natural y Paisaje Protegido, y amplía su régimen jurídico protector más allá de
los espacios naturales protegidos con la aparición de una novedosa figura de
gestión, los Planes de Ordenación de los Recursos Naturales (PORNs). Tras una
década desde su aprobación se han dado vida a cinco nuevos Parques Nacionales:
Archipiélago de Cabrera en 1991, Picos de Europa y Cabañeros en 1995, Sierra
Nevada en 1999 e Islas Atlánticas en 2002, último Parque Nacional creado.
Tras la declaración de nulidad del Tribunal
Constitucional de la disposición adicional quinta de la Ley 4/1989 (Sentencia
102/1995), en tanto que atribuía la gestión de los Parques Nacionales al Estado,
se aprueba la Ley
41/1997 por la que se modifica la
Ley 4/1989, estableciendo un nuevo modelo de ordenación y
gestión, desarrollado por el Real Decreto 1760/1998. Se crea una nueva figura
de ordenación, el Plan Director de la
Red de Parques Nacionales, que impone la pauta para la
redacción de los Planes Rectores de Uso y Gestión de los mismos. Se establece
el actual organigrama de la Red ,
configurado, en el marco de organización del Plan Director, por el Consejo de la Red de Parques Nacionales, lasComisiones Mixtas de Gestión y los Patronatos. Esta misma
Ley establece la reintegración a la
Red del Parque Nacional de Aigüestortes i Estany de Sant
Maurici.
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