Donostia – San Sebastián.
“Irún -
Hondarribia 24,6 km.” 842,4 km.
El primer
estímulo que se recibe cuando se arriba, a través del monte Ulia, a
Donostia-San Sebastián es la playa de Zurriola, hoy gobernada por los dos
modernos edificios, el Centro Kursaal , los llamados ‘Cubos’ (1999) han sido
uno de los últimos proyectos que se han hecho realidad en una ciudad que lleva
más de una centuria acostumbrada a las excelencias urbanísticas. Desde que, a
mediados del siglo XIX, se derruyeran las antiguas murallas que aprisionaban
Donostia-San Sebastián y ésta fuera elegida como sede de los veraneos reales,
la capital guipuzcoana experimentó una increíble metamorfosis. Fue entonces
cuando pasó de ser un modesto pueblo marinero a una capital de provincia cuyas
referencias estéticas eran grandes urbes europeas como París o Barcelona.
El
Camino de Santiago está documentado desde tiempos medievales: muchos de
aquellos que marchaban a Santiago hacían un alto en el monasterio bajo la
advocación de San Sebastián, situado en los mismos terrenos en los que hoy se
levanta el Palacio Miramar. Antes de que el río Urumea fuera canalizado,
también existió una encomienda templaria junto al actual puente de Santa Catalina,
hoy desaparecida. La ciudad era una referencia para caminantes que evitaban el
paso de los Pirineos para acceder a España, y su bahía la de La Concha, como si
fuera un guiño al emblema jacobeo por excelencia, la coraza de la vieira se convirtió
en un paraje a guardar en su retina…
(Documentación Libro La natulaleza del camino)
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